Para los aficionados es un regalo divino poder estar viviendo esta época con este torero a pleno rendimiento de su creatividad. Morante hace lo que quiere. Es un torero libre. Un artista que puede encajar en cualquier tiempo de la tauromaquia, la de los orígenes, la de la edad de oro, la de los cincuenta, ochenta o la de ahora, en todas tendría su hueco y en todas sería él mismo. Su toreo es pura fantasía y debemos de sentirnos unos privilegiados de poderlo vivir in situ.
La tarde que nos ha brindado ha sido una antología al toreo eterno. El de enterrar los pies en el suelo y traerse al toro con los vuelos del capote dando importancia a cualquier suerte. Las chicuelinas, los delantales, las verónicas, todos los lances ejecutados con la capa son pura antología cuando el cigarrero se encuentra a gusto. Y nada viene estudiado del hotel, no es lo de siempre. Es lo único y original que surge de su inspiración. Al momento y con la seguridad que da ser un genio.
Con la muleta ocurrió lo mismo. Las dos faenas han sido distintas, explosivas y profundas. El toreo accesorio lo convierte en toreo fundamental. En realidad, con Morante no existen las banalidades. Y se entiende o no se entiende. Eso ya es problema de cada uno. El pase cambiado con la muleta plegada del primero fue un prodigio de gracia. Después vinieron naturales pasándose al toro muy cerca. Con una conjunción en la que no cabe nada más. El fallo con la espada poco importó cuando se ve torear así.
Y en el cuarto, un toro al que le sobró mansedumbre y le faltó clase, Morante de nuevo salió arrancado. Y tras dejar unos pases por alto, llegó el culmen de la inspiración con molinetes, trincherazos, ayudados por bajo, adornos por la espalda y pase de la firma. Un deleite para los sentidos con una puesta en escena que solo la puede hacer Morante. Hubo profundidad de nuevo con la izquierda, cruzándose al pitón contrario y sacando los muletazos de uno en uno, pero siempre en torero. Y hasta un pase de pecho mirando al tendido. Ojalá sus tiempos de zozobra terminen alejándose y pueda desarrollar todo lo que lleva dentro en su máxima expresión, porque esta manera de ejecutar las suertes del toreo debía de ser obligatoria en todas las universidades de España, donde se imparten clases de las Bellas Artes, y donde la belleza prodigiosa de Morante tendría una asignatura más que destacada. La faena fue ingeniosa, se la inventó el torero. Y tuvo gracia hasta la forma de cuadrarlo para muerte con la cintura y la muleta plegada en la cadera. Y de nuevo perdió los trofeos por el fallo con el pincho, y ¿qué más da? si antes nos ha extasiado con esa faena llena de ritmo y verdad.
Y todo lo anterior fue la parte original, la del toreo eterno. La de Morante de la Puebla. Luego vino la lidia de otros cuatro toros por otros dos toreros, y ya volvimos a la normalidad rutinaria que estuvo marcada por la mansedumbre de los de Garcigrande.
A Daniel Luque le tocaron dos toros rajados y sin gota de bravura. Y el de Gerena estuvo dando la talla e intentando sacar todo lo poco que tenían. Sus trasteos tuvieron capacidad lidiadora para domeñar los cabezazos y para ello utilizó toda la maestría que le da su buen estado físico y su contrastada experiencia. Cortó una oreja en el quinto y debió de haber cortado otra más en el segundo, pero el presidente se la birló, él sabrá los motivos, sobre todo teniendo en cuenta que la petición era mayor en el segundo que en el quinto.
Otra oreja cortó Tomás Rufo en el sexto. El toledano, que se llevó el mejor lote, sobre todo el tercero, un toro muy noble y con clase, se hinchó a dar pases, con el capote y con la muleta, de pie y de rodillas. Luego otra cosa es como los diera. Pero al personal le gustó y eso es lo que al final importa.
Y como pincelada final, Morante también dejó un quite, por verónicas y media, en su turno del 6º, como para que nos fuéramos con aun mejor sabor de boca…
FICHA DEL FESTEJO
Viernes 9 de mayo de 2025. Plaza de toros de la Real Maestranza de SEVILLA. 14º festejo de abono. Feria de Abril. Lleno de “No hay billetes”, calor y ambientazo.
Seis toros de GARCIGRANDE (procedencia Juan Pedro Domecq): desiguales de presentación, mansos y sin raza. El 3º, noble y con calidad, el mejor.
MORANTE DE LA PUEBLA (nazareno y azabache): pinchazo hondo y un descabello (saludos); pinchazo y estocada desprendida (saludos).
DANIEL LUQUE (corinto y oro): estocada (fuerte petición y vuelta al ruedo, con bronca al presidente por no concederla); trasera caída (oreja).
TOMÁS RUFO (verde botella y oro): estocada caída (petición y saludos); estocada trasera (oreja cortada ya en el desolladero).
Cuadrillas:
Con las banderillas se desmonteraron en el 1º Joao Ferreira y José María Amores.
Lidió bien Curro Javier al 1º.
Observaciones:
5º lleno de “No hay billetes”.
En un burladero del callejón asistieron Juanma Moreno, presidente de la Junta, y Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular.
Al presidente de la Junta de Andalucía le brindó el primer toro Morante de la Puebla.
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